Los Edmonton Oilers no solo han comentado en las últimas semanas que ahora son un equipo que ha adquirido gran madurez y que aprendió mucho de la dolorosa derrota de la Final de la Stanley Cup de 2024, la cual se definió en siete encuentros ante los Florida Panthers, sino que también lo están demostrando sobre la pista de hielo en los momentos de apremio en esta la última instancia, en la que está todo en juego.
Montando un regreso memorable, en el primer Juego 1 de la Final de la Stanley Cup desde 2013 que se define en tiempo extra, los Edmonton Oilers nadaron contra la corriente para imponerse por 4-3 a los Florida Panthers en la apertura de la serie por el título de la NHL de esta temporada, un comienzo muy distinto al del año pasado, pues no fue sino hasta el Juego 4 que consiguieron su primer triunfo y con un Leon Draisaitl que no pudo anotar ni un solo gol. Eso cambió drásticamente el miércoles.
Después de irse en blanco en siete partidos de la pasada edición de la Final de la Stanley Cup, solo aportando tres asistencias, el delantero alemán, abrió el marcador a los 66 segundos de haberse puesto en marcha el partido con su primer tanto en una serie por el campeonato. Pero el destino le tenía guardado todavía algo más grande al germano.
Corey Perry envió un pase cortó en reversa, cortando el flujo de la jugada en una dirección para darle el puck a McDavid, quien iba en otra dirección y a mayor velocidad, eso destanteó a la defensa de Florida en situación de desventaja numérica, eso permitió al ‘97’ atacar hacia la portería, atraer una triple marca, lo cual dejó a Draisaitl en posición franca para rematar de primera y sentenciar el juego, rompiendo su sequía son goles en la Final de la Stanley Cup con un gol que puede significar algo más que una victoria.